Lo mejor de hacer fotos en viajes como el que he hecho este fin de semana es verlas dentro de un millón de tiempo (xD) y recordar esa corriente de calor o las noches en sofás y colchones que rozaban el suelo desinflandose poco a poco, pero sobretodo recordaremos un fin de semana de convivencia intensa en nuestro grupo de amigos, donde la intimidad desaparecía dejando en su lugar la confianza. Y así hemos aprendido a valorar los pequeños detalles.
Granada es genial, y la mejor vista: La gran vía de compras, aunque eso pasa factura a tus pies.
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